La transculturación es un fenómeno social engendrado por el capitalismo mientras nos imponía modelos económicos desiguales que garantizaran su supervivencia, surgió y se desarrolló a la par de su hermana mayor, la deuda externa, la cual necesitará del sudor de varias de nuestras generaciones para intentar pagarla, algo reconocido en la actualidad como imposible y que puede remover hasta los cimientos de un país tan poderoso como los propios Estados Unidos de América; el horror de esta realidad adquiere ribetes dramáticos al comprobar cómo la atención médica no escapa a esta coyuntura.
La medicina es una ciencia inexacta marcada por la opinión y modus operandi de sus decisores, los médicos, no existen leyes en la ciencia médica porque nada es absoluto y por tanto el Estado no se puede mantener al margen de la praxis de los galenos, la cual puede estar determinada de manera general según el contexto social en la que esta se desarrolle y de forma particular por el paciente y su enfermedad, teniendo siempre presente que no existen enfermedades sino enfermos; arribamos así a nuestro escenario donde a pesar del alto nivel científico de los galenos existe una cultura de antivalores generada por la transculturación que lo divorcian del paciente durante la consulta médica de forma deplorable, además de la exclusión dolorosa a la cual están sometidos aquellos que provienen de los sectores más desposeídos, para quienes sencillamente no está concebida dicha consulta.
Hoy el Estado busca reformas intentando frenar el desarrollo anárquico de la medicina privada en nuestro país, cuyas consecuencias fatales lamentablemente han pasado de anecdóticas a una preocupante generalidad, primando dantescos conceptos monetarios de seguros médicos por encima de algo tan sagrado como la vida humana, se pregunta primero por una clave que por el motivo de asistencia a una sala de emergencias, se permiten interrupciones de “satélites” que viven de promover medicamentos para luego solicitar a Ud. abandonar temporalmente la oficina y contradecir el concepto privado de las prácticas médico asistenciales que ejercen, finalmente para ellos el juramento hipocrático es tan solo “algo” que forma parte del pasado y ha quedado irremediablemente obsoleto en medio de una medicina a la cual suelen llamar “moderna”; sin embargo sabiamente la Revolución Bolivariana diseñó con la ayuda de Cuba la misión Barrio Adentro, iniciada el 16 de Abril del 2003 ubicando la primera brigada médica de 53 galenos en diez de las parroquias más pobres del municipio Libertador, de esta manera el Estado Venezolano asumía un deber olvidado durante la cuarta república.
El modesto inicio de Barrio Adentro rápidamente logró un impacto social inobjetable y motivó un crecimiento acelerado en recursos humanos y materiales que ha tenido la virtud de ser homogéneo en todo el país, a la par de transitar exitosamente por varias etapas en estos 8 años de existencia: Barrio Adentro I a través de los Módulos de Medicina General, Barrio Adentro II por medio de los Centros de Diagnóstico Integral, Barrio Adentro III mediante los Centros de Alta Tecnología y por último Barrio Adentro IV con la creación de Hospitales como el Cardiológico Infantil Latinoamericano Dr. Gilberto Rodríguez Ochoa, institución que brilla en todo el contexto hispanoparlante al realizar desde su fundación el 20 de Agosto del 2006 un total de 5150 intervenciones y lograr en el presente 2011 el primer homoinjerto valvular aórtico criopreservado mediante el Banco de Tejidos del propio Hospital, dicha intervención fue practicada exitosamente de manera totalmente gratuita a un joven de 15 años del Estado de Portuguesa. Si unimos este excelente resultado a las casi 400 000 mil vidas salvadas por los eslabones I-III encontraremos la respuesta a por qué es necesario preservar Barrio Adentro.
La solidez de Barrio Adentro es tal que hoy se ha invertido el flujo direccional de la atención médica habitual y puede Ud. encontrar ambulancias de RESCARVEN trasladando pacientes hacia los Centros de Diagnóstico Integral, o pacientes de clase tanto media como alta realizándose tomografías y resonancias magnéticas en los Centros de Alta Tecnología, hasta sorprendernos positivamente en los últimos meses evitando el colapso del sistema nacional de salud pública en medio de un paro laboral mantenido de forma inflexible por una minoría manipulada que rechaza inconsecuentemente las propuestas gubernamentales.
Es imposible que el sector de la salud vaya a estar al margen de la lucha de clases que vive nuestra sociedad, tampoco pretendemos que Barrio Adentro sea la panacea para solucionar un problema social que nos responsabiliza y cuestiona a todos los pertenecientes al sector salud y que estos médicos “transculturizados o puntofijistas”, como prefieran llamarles, evaden a diario su responsabilidad; su degradación mental es tan desesperada que toman partido a través de la consulta cobrando elevados honorarios, violando normas y códigos éticos que forman parte de la riqueza cultural acumulada durante siglos la cual encumbró el arte médica hasta convertirla en un oficio para ángeles capaces de sanar el alma y el cuerpo de todo aquel que les necesite. ¡Qué lejos están de ser médicos! Podrán ser eximidos mañana en una misa cuando pasen a mejor vida pero la historia no los eximirá, a ellos les recordamos...“Quien quiera ejercer correctamente la medicina, debería tener en cuenta el modo en que las personas viven” Hipócrates
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